domingo, 6 de marzo de 2016

MUJERES RELEVANTES DEL MOVIMIENTO FEMINISTA EN EL MUNDO

AMÉRICA

Elena Caffarena, sufragista y defensora de la mujer en Chile


La abogada fue clave para la aprobación del sufragio femenino en 1949
La abogada feminista chilena, Elena Caffarena en 1938. 
Elena Caffarena (Iquique, Chile 23 de marzo de 1903-2003), abogada y figura emblemática del feminismo chileno, pertenecía a una familia italiana que migró a Santiago de Chile durante la década de los años 20. Su vocación feminista nació mientras estudiaba Derecho (Leyes). "En ese momento me percaté de la inferioridad en que se encontraban las mujeres frente a la ley", señaló en una entrevista, recogida en el texto 'Una mujer de todos los tiempos'.
Caffarena se convirtió en 1926 en la abogada número 15 en Chile y en su promoción no había más de cinco mujeres. Desde 1877, las chilenas podían acceder a la universidad gracias al llamado Decreto Amunátegui, pero eran pocas las universitarias y, cuando hacían una carrera, optaban por la pedagogía. Ella fue muy activa desde las organizaciones estudiantiles y obreras, muy influidas por las ideas del socialismo y el anarquismo. Así tomó conciencia de la situación social, política y económica de las mujeres.

Durante su primer trabajo como inspectora laboralfemenina, realizó ya propuestas para mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras a domicilio.
Tras una etapa en Europa entre 1926 y 1929, regresó a Chile y contrajo matrimonio con Jorge Jiles, miembro del Partido Comunista y futuro senador. Los debates y visitas de personalidades de la política eran frecuentes en su casa, aunque ella nunca militó en ningún partido político a pesar de su afinidad a la izquierda. Se consideraba una socialista moderada: "Pienso en una sociedad que, dentro del respeto a la libertad y el respeto a los derechos humanos, asegure a la población educacióny salud gratuitas, habitación y alimentación adecuadas".
En la década de 1930, Caffarena participó en la reorganización de la Asociación de Mujeres Universitarias pero su principal aportación fue la fundación en 1935 del Movimiento Pro Emancipación de las Mujeres de Chile (MEMCH), comprometido con las causas femeninas, tanto laborales, como en la maternidad, la economía, la alfabetización, la paz y los derechos civiles. Así, una de las líneas de trabajo fue lograr el sufragio femenino.
Con solo un año de reivindicaciones, en 1935 las mujeres pudieron votar por primera vez en unas elecciones municipales y 98 políticas se representaron como candidatas, siendo elegidas 25 de ellas. Aunque para llegar al sufragio de la mujer en unas presidenciales se necesitaron catorce años más: "Trataron por todos los medios de retardar la dictaminación de la ley, pero al final no les quedó más remedio que aceptarlo por la presión de las mujeres durante muchos años".
Ella, que tanto había trabajado por conseguirlo presentando en 1941 junto a Flor Heredia uno de los proyectos más avanzados, no fue invitada al acto de promulgación de la ley de 1949, organizado por el Presidente Gabriel González Videla.
"El voto se obtuvo con la lucha de más de veinte años que sostuvieron miles de mujeres chilenas. Así es que ese día yo estaba en mi casa. Soy una persona que no va a ninguna parte donde no la invitan".
Elena Caffarena falleció en 2003 dejando, además de su acción social, varias obras sobre la condición femenina, como 'La capacidad de la mujer casada en relación a sus bienes', acerca de la incapacidad que tenía la mujer de gestionar sus propiedades y dinero dentro del régimen de sociedad conyugal; o un libro sobre el derecho a disfrutar de la pensión alimentaria aunque fuese la mujer quien dejase el hogar conyugal, que hizo cambiar a la Corte Suprema chilena su jurisprudencia.
Sobre el feminismo, Caffarena opinaba que la mujer lograría su emancipación con un cambio de mentalidad y, sobre todo, de las estructuras sociales: "Costará muchos años, los mismo años quizás que ha durado el sistema patriarcal".
Caffarena forma parte de una primera etapa del feminismo chileno, en la primera mitad del siglo XX. El segundo gran movimiento lo protagonizarían, en los años 80, en plena Dictadura de Pinochet, Julieta Kirkwood y otras integrantes del Círculo de la Mujer.



La socióloga Julieta Kirkwood es una de grandes precursoras de los estudios de género en Chile y fundadora del Movimiento Feminista en los años 80, al que dotó de un completo discurso teórico pero participando activamente en colectivos e iniciativas en defensa de losderechos de las mujeres.
Kirkwood nace el 5 de abril de 1937 en Santiago y durante su formación universitaria en la Universidad de Chile se empapa de las ideas revolucionarias de los movimientos sociales y estudiantiles que nacen por influencia de la Revolución de Mayo de 1968 en Francia. Durante la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) su discurso se fundamenta en la unión de la resistencia política y el feminismo. Para ella, sólo se puede alcanzar una democracia real contando con la participación plena de las mujeres en la sociedad. En el contexto de censura y violencia de esta época, su máxima es contundente: "No hay democracia sin feminismo".
"Democracia en el país, en la casa y en la cama". (Julieta Kirkwood)

Segunda etapa del feminismo chileno

Licenciada en Sociología y Ciencias Políticas, su contribución marca el inicio de una segunda etapa de la historia del feminismo en Chile tras la crisis de las organizaciones de mujeres de la primera mitad del siglo XX, cuyo principal objetivo fue la obtención del derecho al voto para las chilenas y que, poco a poco, fueron integrándose en los partidos políticos. Una primera etapa representada por Elena Caffarena y otras integrantes del MEMCH, con las que Kirkwood y otras jóvenes feministas del Círculo de Estudios de la Mujer (posteriormente Casa de la Mujer La Morada) entran en contacto para recuperar la memoria de la lucha feminista de su país y rescatar las aportaciones de las mujeres a la historia, totalmente silenciadas.
"Así como la historia de la conquista de América la hemos tenido que conocer a través de la pluma de los conquistadores y rarísimamente por el testimonio de sus habitantes originarios, así también, toda la historia referida a las mujeres la hemos debido conocer por la pluma y por la vara de los varones. Y así, nos han hablado de prostitutas, de brujas, de santas-madres o de mártires,...jamás de mujeres reales, en mundos reales". ('Tejiendo rebeldías', de Julieta Kirkwood).
Julieta Kirkwood publicó en los años 80 los tres libros que reúnen su aportación teórica: Ser política en Chile: las feministas y los partidos,Tejiendo rebeldías y Feminarios. En ellos cuestiona las estructuras jerárquicas y sociales del patriarcado, los estereotipos de género, las diferentes ideologías políticas y religiosas (en especial, reflexiona sobre la relación entre clase y género), las costumbre y sexualidad del "mundo privado", la educación sexista y el papel de la mujer en la política.
Además de profesora e investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) desde 1972 (especializándose en temas de mujer a partir de 1980), forma parte del equipo fundacional de la revistaFuria y en 1983 impulsa la creació del Movimiento Feminista de oposición a la Dictadura, bajo el lema "Democracia en el país y en la casa".
Ese mismo año realiza su aportación teórica más importante: el concepto de los "nudos", que formula tras asistir al II Encuentro Feminista Latinoamericano en Lima (Perú). Consiste en ir deshaciendo los nudos del conocimiento existente e hilar los nudos feministas (recuperar o elaborar el saber feminista) para, a través de ellos, conformar la política feminista.
"Cada día me hice una nueva síntesis: me hundí en el orden de la filosofía, busqué el orden de la ciencia, me inmiscuí en religiones antiguas como historia, el privilegio hecho verdad de los tres órdenes. Ahíta de polen, de palabras, me faltaba la línea multiplicada que pudiera converger ese atochamiento de letras. Usé otro estilo. Hice mi descubrimiento más querido: los nudos feministas. Mi licencia". 



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