AMÉRICA
Elena Caffarena, sufragista y defensora de la mujer en Chile
La abogada fue clave para la aprobación del sufragio femenino en
1949
La abogada feminista chilena, Elena Caffarena en 1938.
Elena Caffarena (Iquique, Chile
23 de marzo de 1903-2003), abogada y figura emblemática del feminismo
chileno, pertenecía a una familia italiana que migró a Santiago de Chile
durante la década de los años 20. Su vocación feminista nació mientras estudiaba
Derecho (Leyes). "En ese momento me percaté de la inferioridad
en que se encontraban las mujeres frente a la ley", señaló en
una entrevista, recogida en el texto 'Una mujer de todos los tiempos'.
Caffarena se convirtió en 1926
en la abogada número 15 en Chile y en su promoción no había más de cinco
mujeres. Desde 1877, las chilenas podían acceder a la universidad gracias al
llamado Decreto Amunátegui, pero eran pocas las universitarias y, cuando hacían
una carrera, optaban por la pedagogía. Ella fue muy activa desde las
organizaciones estudiantiles y obreras, muy influidas por las ideas del
socialismo y el anarquismo. Así tomó conciencia de la situación social, política y económica de las mujeres.
Durante su primer trabajo
como inspectora laboralfemenina, realizó ya propuestas para mejorar las condiciones
laborales de las trabajadoras a domicilio.
Tras una etapa en Europa entre
1926 y 1929, regresó a Chile y contrajo matrimonio con Jorge Jiles,
miembro del Partido Comunista y futuro senador. Los debates y visitas de
personalidades de la política eran frecuentes en su casa, aunque ella nunca
militó en ningún partido político a pesar de su afinidad a la izquierda. Se
consideraba una socialista moderada: "Pienso en una sociedad que, dentro del respeto
a la libertad y el respeto a los derechos humanos, asegure a la
población educacióny salud gratuitas, habitación y
alimentación adecuadas".
En la década de 1930, Caffarena
participó en la reorganización de la Asociación de Mujeres Universitarias pero
su principal aportación fue la fundación en 1935 del Movimiento Pro
Emancipación de las Mujeres de Chile (MEMCH), comprometido con las causas
femeninas, tanto laborales, como en la maternidad, la economía, la
alfabetización, la paz y los derechos civiles. Así, una de las líneas de
trabajo fue lograr el sufragio femenino.
Con solo un año de reivindicaciones,
en 1935 las mujeres pudieron votar por primera vez en unas elecciones
municipales y 98 políticas se representaron como candidatas, siendo elegidas 25
de ellas. Aunque para llegar al sufragio de la mujer en unas presidenciales se
necesitaron catorce años más: "Trataron por todos los medios
de retardar la dictaminación de la ley, pero al final no les quedó
más remedio que aceptarlo por la presión de las mujeres
durante muchos años".
Ella, que tanto había trabajado
por conseguirlo presentando en 1941 junto a Flor Heredia uno de los proyectos más avanzados, no fue invitada al
acto de promulgación de la ley de 1949, organizado por el Presidente Gabriel
González Videla.
"El voto se obtuvo con la lucha de más de
veinte años que sostuvieron miles de mujeres chilenas. Así es que ese día yo
estaba en mi casa. Soy una persona que no va a ninguna parte donde no la
invitan".
Elena Caffarena falleció en 2003
dejando, además de su acción social, varias obras sobre la condición femenina, como 'La capacidad de la mujer casada en relación a sus
bienes', acerca de la incapacidad que tenía la mujer de gestionar sus
propiedades y dinero dentro del régimen de sociedad conyugal; o un
libro sobre el derecho a disfrutar de la pensión alimentaria aunque fuese la
mujer quien dejase el hogar conyugal, que hizo cambiar a la Corte Suprema
chilena su jurisprudencia.
Sobre el feminismo,
Caffarena opinaba que la mujer lograría su emancipación con un cambio de
mentalidad y, sobre todo, de las estructuras sociales: "Costará
muchos años, los mismo años quizás que ha durado el sistema patriarcal".
Caffarena forma parte de una
primera etapa del feminismo chileno, en la primera mitad del siglo XX. El
segundo gran movimiento lo protagonizarían, en los años 80, en plena Dictadura
de Pinochet, Julieta Kirkwood y otras integrantes del Círculo de la Mujer.
La socióloga Julieta Kirkwood es
una de grandes precursoras de los estudios de género en Chile y fundadora del
Movimiento Feminista en los años 80, al que dotó de un completo discurso
teórico pero participando activamente en colectivos e iniciativas en defensa de
losderechos de las mujeres.
Kirkwood nace el 5 de abril de
1937 en Santiago y durante su formación universitaria en la
Universidad de Chile se empapa de las ideas revolucionarias de los
movimientos sociales y estudiantiles que nacen por influencia de la
Revolución de Mayo de 1968 en Francia. Durante la dictadura militar de Augusto
Pinochet (1973-1990) su discurso se fundamenta en la unión de la
resistencia política y el feminismo.
Para ella, sólo se puede alcanzar una democracia real contando con la
participación plena de las mujeres en la sociedad. En el contexto de censura y
violencia de esta época, su máxima es contundente: "No hay democracia
sin feminismo".
"Democracia
en el país, en la casa y en la cama". (Julieta Kirkwood)
Segunda etapa del feminismo
chileno
Licenciada en Sociología y
Ciencias Políticas, su contribución marca el inicio de una segunda etapa de la
historia del feminismo en Chile tras la crisis de las organizaciones de mujeres
de la primera mitad del siglo XX, cuyo principal objetivo fue la obtención del derecho al voto para las chilenas y que, poco a poco, fueron integrándose en los
partidos políticos. Una primera etapa representada por Elena Caffarena y otras integrantes del MEMCH, con las que Kirkwood y
otras jóvenes feministas del Círculo de Estudios de la Mujer
(posteriormente Casa de la Mujer La Morada) entran en contacto para
recuperar la memoria de la lucha feminista de su país y rescatar las
aportaciones de las mujeres a la historia, totalmente silenciadas.
"Así
como la historia de la conquista de América la hemos tenido que conocer a
través de la pluma de los conquistadores y
rarísimamente por el testimonio de sus habitantes originarios, así también,
toda la historia referida a las mujeres la hemos debido conocer por la pluma y por la vara de los varones. Y así, nos
han hablado de prostitutas, de brujas, de santas-madres o de mártires,...jamás
de mujeres reales, en mundos reales". ('Tejiendo rebeldías', de Julieta
Kirkwood).
Julieta Kirkwood publicó en los
años 80 los tres libros que reúnen su aportación teórica: Ser política en Chile: las
feministas y los partidos,Tejiendo rebeldías y Feminarios. En
ellos cuestiona las estructuras jerárquicas y sociales del patriarcado, los estereotipos de género, las diferentes ideologías políticas y religiosas (en
especial, reflexiona sobre la relación entre clase y género), las costumbre y
sexualidad del "mundo privado", la educación sexista y el papel
de la mujer en la política.
Además de profesora e
investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO)
desde 1972 (especializándose en temas de mujer a partir de 1980), forma parte
del equipo fundacional de la revistaFuria y en 1983
impulsa la creació del Movimiento Feminista de oposición a la
Dictadura, bajo el lema "Democracia en el país y en la casa".
Ese mismo año realiza
su aportación teórica más importante: el concepto de los
"nudos", que formula tras asistir al II Encuentro Feminista
Latinoamericano en Lima (Perú). Consiste en ir deshaciendo los nudos del
conocimiento existente e hilar los nudos feministas
(recuperar o elaborar el saber feminista) para, a través de ellos, conformar la
política feminista.
"Cada
día me hice una nueva síntesis: me hundí en el orden de la filosofía, busqué el
orden de la ciencia, me inmiscuí en religiones antiguas como historia, el
privilegio hecho verdad de los tres órdenes. Ahíta de polen, de palabras, me
faltaba la línea multiplicada que pudiera converger ese atochamiento de letras.
Usé otro estilo. Hice mi descubrimiento más querido: los nudos feministas. Mi
licencia".